ANTOLOGÍA DE LA POESÍA

CATALANA ACTUAL

 

ALBERTO JOSÉ MIYARA

 

 A la OK

 

 

SOBRE EL AUTOR

 

Alberto Miyara nació en Rosario, en 1960. Estudió de manera autodidacta el catalán y en 1991 creó, con ayuda del gobierno autónomo catalán, los cursos de lengua catalana en la Universidad Nacional de Rosario. Es miembro fundador y actual presidente de la Asociación de Estudios Catalanes del Cono Sur de América, donde ejerce funciones de docencia, difusión e investigación sobre la lengua y literatura catalanas. También ha creado y actualmente conduce los cursos de catalán en el Centro Balear de la ciudad de Santa Fe. Como traductor, vertió al castellano el libro La pluja del temps, de Carles Duarte, que se publicó en esta misma editorial bajo el título La lluvia del tiempo. Ha colaborado en distintas épocas en las revistas COM ensenyar català als adults, Els Marges, Reduccions y El Pou de Lletres, de Cataluña, e Illes Blaves, de Mallorca, donde ha publicado poesía, narrativa, ensayos y artículos técnicos en lengua catalana.

Alberto Miyara es además autor de tres libros de cuentos y ha participado en libros colectivos tales como antologías de narrativa, poesía y teatro. Ganó, entre otros, el premio trianual de cuento "Alcides Greca" de la provincia de Santa Fe. Ejerce el periodismo en los diarios El Litoral, de Santa Fe, y La Capital y Rosario/12, de Rosario, así como en diversas revistas de esta última ciudad. Además de sus artículos sobre temas culturales, ha escrito extensamente sobre los derechos humanos de las minorías nacionales, y también sobre ecología.

 

 

PRÓLOGO

 

1 Algunos antecedentes

 

Comencé a plantearme la posibilidad de traducir una antología de poetas catalanes actuales hacia 1993. Para ese entonces yo ya había traducido el poemario La pluja del temps, de Carles Duarte, que acababa de ser publicado en esta misma editorial como La lluvia del tiempo, contando para ello con un subsidio de la Institución de las Letras Catalanas (ILC) de Barcelona.

Mi idea de solicitar un segundo subsidio para una antología fue apoyada entusiastamente por el director de Tierra Firme, José Luis Mangieri, e inmediatamente comencé las gestiones. Pero debido a una diversidad de razones -una de ellas, que desde entonces no he podido viajar de nuevo a Cataluña- me fue imposible hacerme con la copiosa documentación necesaria para acceder al apoyo económico de la ILC. El tiempo fue pasando, y poco a poco el proyecto fue quedando archivado.

Sin embargo, a mediados de 1997, durante una breve visita a Buenos Aires, Carles Duarte se entrevistó con Mangieri. De la conversación que mantuvieron surgió la propuesta del director de Tierra Firme de editar la antología de poetas catalanes con recursos propios. Pocos días después Duarte se puso en contacto conmigo para ofrecerme la responsabilidad tanto de la selección de los poetas que intervendrían como de la traducción al castellano.

Los años transcurridos desde el proyecto inicial habían sido para mí un tiempo de intensa experiencia en lo que hace a traducción del y al catalán. Por un lado, había comenzado a usar masivamente textos literarios como material didáctico en los diversos ámbitos en que enseño el catalán. Por otro lado, había traducido a numerosos poetas para leerlos -muchas veces en versión bilingüe- en recitales públicos, y también en la radio y la televisión. Por último, me había abocado yo mismo a escribir en catalán, y mis cuentos, poemas y ensayos comenzaban a publicarse en revistas literarias de Cataluña.

Al aceptar sin vacilaciones la propuesta de Mangieri que Duarte me transmitía, pensé que la espera había valido la pena. Ya que, aunque el proyecto original había tardado cuatro años en concretarse, la oportunidad de llevarlo a cabo me sorprendía en condiciones de realizar una traducción mucho más precisa y afinada que la que hubiera efectuado en 1993.

 

2 Esta antología

 

Ésta es una antología divulgativa de poetas catalanes actuales. Por poetas catalanes no entiendo aquéllos nacidos en Cataluña, sino aquéllos que escriben en catalán. Puesto que el dominio lingüístico de este idioma abarca también las comunidades autónomas españolas de Valencia y Baleares, se han incluido poetas de ambas regiones en esta selección. Del total de diez autores, siete son catalanes, dos valencianos y uno baleárico, en correspondencia aproximada con el peso relativo de cada uno de estos territorios en el conjunto de la población catalanoparlante.

Por otro lado, la condición de que sean poetas actuales implica, en primer lugar, su ubicación en una franja etaria situada entre la juventud y la madurez; y, en segundo lugar, su vigencia como poetas que, habiendo consolidado ya un estilo y una voz poética propios, continúan en plena actividad. Para satisfacer estos criterios he seleccionado autores nacidos con posterioridad a la Guerra Civil Española que han publicado libros en los últimos años o que al menos registran una presencia continuada en los periódicos literarios en lengua catalana.

Atendiendo al carácter divulgativo de esta antología, no me he basado exclusivamente en mis juicios estéticos personales, sino que en varios casos he tenido en cuenta la opinión mayoritaria de la crítica literaria catalana. Conviven así en esta selección poetas que responden casi exactamente a mi ideal poético con otros con los cuales quizá no me identifico tanto, pero que han merecido el reconocimiento casi unánime tanto del público como de los estudiosos en Cataluña, Valencia o Baleares.

El resultado global es una antología ecléctica, de autores de variada procedencia que ya han sido consagrados por la madurez y relevancia de su obra, pero de quienes se pueden esperar muchos años de actividad creativa todavía.

Siempre pensando en términos de divulgación, he creído importante incluir en este libro una introducción con una breve descripción de la lengua catalana, así como una síntesis -apretadísima, por cierto- de la evolución de la literatura escrita en catalán. Mi deseo es que quien abra este libro buscando poesía se encuentre también con alguna información que lo oriente para leer a otros autores representativos de esta literatura, y que, eventualmente, lo estimule a encarar el estudio de la lengua catalana.

 

3 Criterios para una traducción

 

Àlex Susanna, uno de los poetas recogidos en esta antología, me manifestó en una oportunidad: "Un poeta que puede decir en vez de mano; que puede decir cap en vez de cabeza; que puede decir cor en vez de corazón, es un poeta que corre con ventaja". En efecto, la concisión silábica del catalán, con su abundancia de monosílabos y la facilidad de sus pronombres débiles para adherirse a otras palabras, permite que, por ejemplo, se puedan expresar muchos más conceptos en un endecasílabo catalán que en uno castellano. Esto plantea problemas de traducción.

Un enfoque para verter un poema del catalán al castellano podría ser reformular totalmente el texto, creando uno nuevo que, conteniendo los mismos conceptos, estructuralmente sea muy distinto del original. Esto es posible, siempre y cuando el traductor sea un poeta de, al menos, igual jerarquía que el traducido; pero conlleva el peligro de que la personalidad de la voz poética original quede desvirtuada. Es conocido que, por ejemplo, cuando un poema chino es vertido a un idioma occidental por dos traductores distintos, los resultados suelen ser divergentes y aun antitéticos. Y es que esas versiones a menudo reflejan más el estilo literario de los traductores que el original.

El otro enfoque, y a mi juicio el más válido al traducir entre lenguas de estructura parecida, es respetar al máximo el original, traduciendo literalmente allá donde la concordancia silábica lo permita, introduciendo pequeñas alteraciones sintácticas cuando las necesidades fónicas lo impongan, y rehaciendo completamente el texto únicamente en los contadísimos casos en que no haya otra solución.

Esta última es la metodología que he seguido en la presente traducción. He apelado a la rica sinonimia de nuestra lengua; he trastrocado órdenes; he intercambiado a discreción formas verbales como he visto y vi; en ocasiones he sacrificado la sonoridad para conservar alguna imagen extraordinariamente lograda; muy pocas veces he escrito algo radicalmente distinto del original.

En cuanto a la dicotomía vos/tú, he adoptado el criterio prevaleciente entre los poetas argentinos (y en mi propia producción poética): uso general del , salvo en poemas de carácter decididamente conversacional.

Idealmente, una traducción de este tipo debería ser hecha por un poeta de prestigio internacional que domine perfectamente tanto el catalán como el castellano de la Argentina. En la práctica, hay que encontrar una solución de compromiso, representada en este caso por mi persona. Podrá no ser esta traducción todo lo perfecta que me gustaría (y que se merecerían los autores antologados); pero se trata de un esfuerzo concienzudo en que he volcado mi experiencia de tres lustros de praxis poética y de doce años de estudio continuado del catalán.

 

 

 

4 Agradecimientos

 

Varias personas e instituciones contribuyeron decisivamente para que este proyecto se pudiera concretar. A todas ellas debo mi agradecimiento, pero deseo mencionar particularmente las siguientes:

La Dirección General de Política Lingüística de Cataluña me fue proveyendo a lo largo de los años de todos los materiales que necesité (métodos, diccionarios, gramáticas, libros, cassetes) para, primero, estudiar el catalán de forma autodidacta; más tarde iniciar mis actividades como docente y escritor en lengua catalana; y ahora llevar a cabo la presente traducción.

La Asociación de Estudios Catalanes del Cono Sur de América tomó a su cargo los aspectos operativos de este proyecto, incluyendo los gastos de correo tradicional y elctrónico, los viajes que efectué entre Rosario y Buenos Aires, el procesado de los textos y la provisión de los materiales requeridos para la impresión del manuscrito.

Carles Duarte, además de proporcionarme sus propios y valiosos textos para esta antología, me ayudó a seleccionar a los demás poetas que intervinieron, llevó a cabo en mi nombre las gestiones pertinentes frente a esos autores y examinó a fondo la versión preliminar de esta traducción, aportando ideas y sugerencias que me resultaron de utilidad inestimable para dar forma final al trabajo.

José Luis Mangieri, uno de los últimos editores "de catálogo" que van quedando en la Argentina, asumió el riesgo editorial de publicar una antología de autores de mérito poético incuestionable, pero muy poco difundidos en nuestro país.

Finalmente, mis padres, Julia y Coco, me educaron bajo el principio de que todos los conocimientos son valiosos, aun aquéllos que no se pueden traducir en un rédito material inmediato, una convicción sin la cual seguramente jamás hubiera estudiado el catalán.

 

Alberto José Miyara

Rosario, febrero de 1998

 

INTRODUCCIÓN: LA LENGUA Y

LA LITERATURA CATALANAS

 

1 El catalán como lengua sin estado

 

En un mundo crecientemente globalizado, la lengua constituye uno de los bastiones de resistencia contra las fuerzas de la homogeneización. En efecto, mientras que determinados pueblos en cuestión de décadas modificaron radicalmente sus hábitos alimenticios, su estilo de vida o aun sus pautas culturales, asimilándose a los modelos provenientes de los países centrales, no se conoce en cambio el caso de un solo país que disponiendo de una lengua de cultura la haya abandonado voluntariamente para adoptar un idioma hegemónico. Nadie sostiene seriamente que, verbigracia, los habitantes de Polonia dejarán en algún futuro previsible de hablar entre sí en polaco para comenzar a hacerlo en inglés, por más que millones de ellos lo estudien como segunda lengua.

Las cosas no se presentan tan claras, sin embargo, cuando analizamos la situación de los idiomas sin estado, que representan la mayoría abrumadora de las 6000 lenguas que actualmente se hablan en el mundo. De éstas, se estima que sólo la mitad sobrevivirán al siglo XXI. No serán necesariamente los más aptos los que subsistan -de hecho no hay, científicamente hablando, idiomas "mejores" que otros-, sino que su suerte dependerá de una serie de factores extralingüísticos.

De acuerdo a una opinión compartida por muchos sociolingüistas, un idioma no estatal tiene posibilidades óptimas de perdurar cuando reúne la mayoría de los siguientes requisitos:

 

  1. Una extensa comunidad de hablantes.
  2. Una firme consciencia lingüística de los mismos.
  3. Un contexto favorable desde el punto de vista político, jurídico, económico y social.
  4. Poca fragmentación dialectal.
  5. Un estándar normativo aceptado por la mayoría de los usuarios.
  6. Una tradición como lengua de cultura.
  7. Una estructura propia claramente diferenciada de la lengua estatal con la que convive, pero no tanto como para dificultar severamente su aprendizaje a quienes no lo dominan.

 

La carencia de alguna de estas condiciones no implica automáticamente que un idioma se extinga. Por ejemplo el euskera (vasco) es hablado por pocas personas (unas 600.000), está dividido en dialectos muy divergentes, sólo recientemente comenzó a producir una literatura significativa y es tan distinto del castellano que su adquisición es extremadamente dificultosa para un habitante llegado de algún otro punto de España. Pero los hablantes de vasco se aferran a su lengua con una tenacidad asombrosa, y los vascos de habla castellana están imbuidos de un irredentismo lingüístico no menos sorprendente, que los ha hecho reclamar y obtener la enseñanza escolar del euskera (y, con frecuencia, en euskera) para sus hijos. En una palabra, hay una consciencia lingüística extraordinaria que compensa las otras insuficiencias, y que permite prever la continuidad del vasco como lengua viva.

En otros casos, en cambio, un idioma que en principio cuenta con condiciones propicias se ve amenazado porque sólo un factor desfavorable se encuentra exacerbado. Es el caso del kurdo, hablado en cuatro países donde su uso es reprimido (es decir, donde no se cumple el requisito de un entorno político favorable). Se sirven de él minorías rurales y pobres, que en la medida en que se urbanicen y se escolaricen en otro idioma irán perdiendo la lengua propia, lo cual, si no media un hecho político decisivo -la independencia del Kurdistán, por ejemplo- puede conllevar la extinción del kurdo en pocas generaciones, pese a sus 25 millones de hablantes.

De todos los idiomas sin estado que existen en el mundo, sólo uno cumple totalmente con los requisitos para la supervivencia enumerados más arriba. Ese idioma es el catalán. Actualmente lo hablan siete millones de personas, y la cifra va en aumento. La consciencia lingüistica de los hablantes es elevada, y su correcto uso es un factor de prestigio social. La mayoría de tales hablantes está en España, uno de los poquísimos países desarrollados que han reconocido constitucionalmente a sus idiomas sin estado.

El catalán no es oficial en todo el Estado español (si no, sería una lengua con estado), pero disfruta de un estatuto de cooficialidad en los principales territorios donde se lo habla, que por otra parte incluyen a las dos comunidades autónomas (regiones cuasi federativas) de mayor renta per cápita del Estado. Por otra parte, puesto que la educación es competencia de cada comunidad autónoma, en las tres regiones de habla catalana se lo usa (aunque en diferente medida) para la instrucción en todos los niveles.

El catalán cuenta con una normativa -la del Institut d'Estudis Catalans de Barcelona- aceptada por la inmensa mayoría de los usuarios. Tiene cinco grandes dialectos, pero con pocas diferencias significativas y un alto nivel de intercomprensión.

El catalán ha sido usado desde el siglo XIII para la composición de obras científicas y literarias y actualmente es el vehículo de una vigorosa literatura. La producción de obras teatrales, canciones y películas en catalán está asimismo en pleno auge.

Finalmente, el catalán tiene una fuerte personalidad que lo diferencia netamente del castellano, pero se trata de todos modos de una lengua latina de adquisición bastante accesible para un hispanoparlante, lo que permite que las personas oriundas de otros lugares de España que se instalan en Cataluña lo aprendan muy rápido (a veces, en cinco o seis meses).

Con ello, el catalán aparece claramente como uno de los idiomas sin estado cuya existencia no está amenazada; pero además, uno de una vitalidad insólita, cuyo extraordinario desarrollo en este último cuarto de siglo -contra todos los vaticinios y contra las supuestas leyes del mercado- constituye uno de los fenómenos más pasmosos de la sociolingüística universal, apenas superado por la resurrección del hebreo en el Estado de Israel.

 

2 Orígenes, vaivenes históricos y situación actual

 

La Marca Hispánica, establecida por los francos en la parte norte de la actual Cataluña, fue el primer territorio recuperado por el cristianismo luego de la ocupación árabe de la Península Ibérica. Hacia el año 750 ya estaba conformado en esa área el catalán como lengua completamente independiente del latín. Perteneciente a la Romania occidental, el idioma incorporaba también ciertos rasgos germánicos, principalmente fonéticos (vocal neutra en el dialecto de Barcelona) y léxicos (una palabra del vocabulario básico como ganivet 'cuchillo' tiene la misma raíz etimológica que el inglés knife).

Entre 1229 y 1245, Jaume I ("El Conquistador") recuperó Mallorca y Valencia, repoblándolas con gentes catalanas que implantaron el idioma en esas tierras, quedando configurado un dominio lingüístico aproximadamente coincidente con el actual. El carácter de oficial que tuvo entonces el catalán promovió su desarrollo en todas las áreas. Durante el siglo siguiente, por otra parte, Cataluña se afirmó como potencia marítima mediterránea, comerciando con, y en determinados períodos ocupando, territorios tales como Sicilia, Cerdeña, Nápoles y Córcega. Una forma estándar del idioma, llamada lenguaje cancilleresco, funcionó entonces como lingua franca administrativa en buena parte del Mediterráneo. Todavía hoy la lengua catalana mantiene un pequeño enclave en tierra sarda, en la ciudad de Alguer.

El esplendor medieval de la lengua catalana se comezó a opacar a raíz de la extinción de la dinastía de la Casa de Barcelona, cosa que comportó la castellanización de la Corona de Aragón, proceso que se profundizó al fundirse ésta con la de Castilla. Fue una época, asimismo, de disminución global de la población catalana, a causa de las guerras y las epidemias. En 1659, tras la Guerra de los Segadores, la Cataluña septentrional debe ser cedida a Francia. Luego, en 1714, Cataluña es derrotada en la Guerra de Sucesión, lo cual da origen a los Decretos de Nueva Planta que quitan al catalán su carácter de oficial; finalmente, en 1768 Carlos III suprime la enseñanza en catalán decretando el uso obligatorio del castellano en todas las instancias educativas.

Sin embargo, las clases ilustradas catalanas, incluyendo a la incipiente burguesía, mantuvieron una alta consciencia del legado histórico del catalán. Cuando, a partir de 1860, España comenzó a vivir un período turbulento, pero de cierta liberalización política, en Cataluña cobró impulso el nacionalismo, cuyos postulados fueron sistematizados a final de siglo por Enric Prat de la Riba y una de cuyas reivindicaciones esenciales fue la lengua.

En el nuevo siglo se dieron importantes pasos hacia la recuperación de la lengua. En 1907 se funda el Institut d'Estudis Catalans, y posteriormente el filólogo Pompeu Fabra fija la ortografía (1913), la gramática (1918) y el diccionario (1932), unificando así la lengua literaria. En 1931, con la Segunda República, el catalán vuelve a ser oficial. Pero en 1939, con el triunfo del Movimiento Nacional en la Guerra Civil, nuevamente es prohibido.

Durante el paréntesis sangriento del franquismo, a la represión se unió la inmigración en masa, fomentada por el régimen, de trabajadores andaluces y extremeños, que traían consigo el castellano y lo impusieron en el área metropolitana de Barcelona como idioma predominante de las relaciones sociales. Fueron nuevamente las fuerzas espirituales del pueblo catalán las que preservaron la lengua. Editoriales clandestinas continuaron publicando en catalán, y se crearon organizaciones ilegales para la enseñanza y difusión del idioma.

Con la llegada de la democracia se promulgó la Constitución española, que en su artículo 3 garantiza "especial respeto y protección" a los idiomas distintos del castellano. También se promulgaron Estatutos de Autonomía en Cataluña, Valencia y las Islas Baleares, en donde la lengua catalana (en Valencia definida como "valenciano") fue reconocida como lengua propia de esas regiones. Siguieron leyes para la normalización del catalán, la última de las cuales, aprobada por el Parlamento de Cataluña en diciembre de 1997, establece entre otras cosas medidas de acción afirmativa para asegurar una mayor presencia del catalán en los medios.

A continuación examinamos la situación actual del catalán.

a) Territorio: El catalán se habla en toda Cataluña; en todas las Islas Baleares; en Valencia, salvo algunas comarcas occidentales muy poco pobladas; en el principado de Andorra; en la Cataluña Norte, también llamada Rosellón, y que coincide aproximadamente con el departamento francés de los Pirineos Orientales; en una delgada franja de Aragón, situada en su parte más oriental; en un municipio de la región de Murcia llamado El Carxe; y en la ciudad de Alguer en la isla de Cerdeña. Su territorio abarca una superficie de unos 60.000 km2.

b) Oficialidad: El catalán es la única lengua oficial del Principado de Andorra. Es cooficial con el castellano en las comunidades autónomas de Cataluña, Valencia y Baleares (donde es, también, la lengua oficial de las respectivas universidades), en España. No es oficial en los restantes territorios donde se lo habla.

c) Número de hablantes: Se estima en poco más de siete millones, de los cuales unos 4.500.000 en Cataluña, 1.800.000 en Valencia y 500.000 en Baleares.

d) Medios de comunicación: Existen tres canales de televisión de largo alcance que utilizan normalmente el catalán en su programación, y numerosas estaciones de alcance local, aéreas y por cable. Las emisoras de radio son numerosísimas. Hay unos nueve diarios escritos exclusivamente en catalán, y muchos otros que utilizan este idioma parcialmente. El diario El Periódico de Catalunya, situado entre los tres o cuatro de mayor tiraje de España, publica dos versiones, una en catalán y otra en castellano. El Temps, publicado en Valencia, es un semanario de noticias de alto nivel periodístico.

e) Principales problemas actuales: La lengua catalana está en una situación comprometida en Alguer y en Cataluña Norte, dado que los estados italiano y francés no la reconocen como oficial ni estimulan su protección. Dado el relativo aislamiento de ambas comunidades -el mar y los Pirineos las separan del resto del dominio -, puede esperarse un lento retroceso de la lengua en esas áreas, salvo un cambio de actitud de los Estados respectivos.

También es preocupante la situación en la comunidad valenciana, donde la consciencia lingüística es más débil que en Cataluña o Baleares. En ciudades como Valencia y Alicante existe una tendencia a la deserción lingüística que ha hecho que la lengua mayoritaria sea hoy allí el castellano. Por otro lado hay grupos secesionistas que han intentado imponer una normativa ortográfica diferente de la del Instituto de Estudios Catalanes. Hasta ahora no han tenido éxito, pero su tenaz prédica bien pude comenzar a arraigar bajo condiciones políticas apropiadas.

Aun en Cataluña propia, con los espectaculares avances llevados a cabo durante la democracia, subsisten complejos problemas. Uno de ellos es el uso de la lengua, que ha ido a la zaga de su conocimiento. Así, aunque el 80% de los catalanes saben hablar catalán, no es cierto que el 80% de las conversaciones en Cataluña sean en catalán. Ha persistido un uso social del castellano aun por parte de personas que ya aprendieron el catalán. Probablemente esto se revierta cuando las viejas generaciones de inmigrados castellanoparlantes sean reemplazadas completamente por sus hijos y nietos nacidos en Cataluña. Pero este proceso sin duda será lento.

Los escritores en lengua catalana, sensibles a la situación todavía no normalizada del idioma, la han denunciado en sus obras literarias, lo cual se refleja, en la presenta antología, en poemas de los autores Narcís Comadira y Ponç Pons.

 

3 Personalidad del catalán

 

El catalán es una lengua latina, tan diferente del castellano como lo pueden ser el portugués o el italiano. Tiene cinco grandes dialectos: el central; el septentrional o rosellonés; el balear; el noroccidental o leridano; y el valenciano. Los tres primeros comparten determinadas características fonéticas que permiten agruparlos en una macrodialecto llamado catalán oriental; los otros dos constituyen el catalán occidental. Los dialectos se diferencian entre sí esencialmente por la pronunciación, al punto que bastan muy pocas palabras por parte de un hablante para identificar su dialecto de origen. También hay diferencias de vocabulario y de flexión verbal. En cambio casi no hay divergencias sintácticas entre los dialectos.

Dos hablantes de dos puntos cualesquiera del dominio pueden conversar cómodamente cada uno en su dialecto, seguramente divirtiéndose ante la pronunciación o las palabras que usa el otro, pero en muy pocos casos encontrando dificultades reales de comprensión. No necesitan de un estándar artificial como los hablantes de alemán o italiano, cuyos dialectos son infinitamente menos homogéneos.

Las consideraciones que siguen se refieren exclusivamente al dialecto central, que es el empleado por más de la mitad de los hablantes y cuyo epicentro está en la ciudad de Barcelona.

La fonética del catalán es bastante diferente de la del castellano. Las vocales en posición no acentuada conocen el fenómeno de la neutralización. Esto significa que una o o una u átonas se pronuncian ambas como u, y que una a o una e, también inacentuadas, se pronuncian ambas con un sonido intermedio entre ambos fonemas conocido como vocal neutra. De este modo, en catalán hay sólo tres vocales átonas: la i, la u y la vocal neutra. Las palabras elevar y alabar en catalán son homófonas, y en el vocablo acceleració 'aceleración', las cuatro primeras vocales suenan idénticas.

En cuanto a las vocales acentuadas, tienen la particularidad de que la e y la o pueden ser abiertas (simbolizadas è ò) o cerradas (grafiadas é ó), igual que ocurre en francés, portugués e italiano. Como sucede en esos idiomas, la abertura vocálica tiene valor semántico, y así tenemos: molt (cerrado) 'mucho', mòlt (abierto) 'molido'; net (abierto) 'limpio', nét (cerrado) 'nieto'.

El repertorio de consonantes del catalán es más amplio que el del castellano. Cuenta con pares de oposición sorda/sonora: x (suena como la sh inglesa)/j (como la y argentina); s/z (esta última como la s portuguesa de rosa) y varios más. Una palabra puede terminar en prácticamente cualquier consonante, aun en ll o en ny (que equivale a nuestra ñ).

Un fenómeno típico del catalán es la pérdida de vocales finales, singularmente la o, cosa que hace a las palabras más cortas que en castellano, lo que ha derivado en la presencia de numerosos monosílabos. Tenemos así, por ejemplo: curt 'corto', gat 'gato', dit 'dedo', gall 'gallo', vi 'vino', e infinidad de otros ejemplos.

Otra particularidad fonética del catalán son los diptongos decrecientes, sumamente abundantes, sobre todo los acabados en u: mai 'nunca', llei 'ley', heroi 'héroe', avui 'hoy', nau 'nave', neu 'nieve', niu 'nido', nou 'nuevo'. En cambio, casi no existen los diptongos crecientes ie, ue, tan frecuentes en castellano.

El vocabulario del catalán es próximo al del castellano, pero con una menor presencia de palabras de raíz árabe. En algunas palabras el catalán se acerca más al francés o al italiano: finestra 'ventana' (cf. fr. fenêtre, it. finestra); taula 'mesa' (cf. fr. table, it. tavola); formatge 'queso' (cf. fr. fromage, it. fromaggio).

En lo que hace a gramática, el catalán se aparta del castellano, y se agrupa con el italiano y el francés, por la presencia de los pronombres adverbiales en, hi (fr. en, y; it. ne, ci). El pronombre hi sirve para sustituir cualquier frase introducida por una preposición que no sea de, y también para sustituir un estado o condición:

 

Surts amb la Maria? '¿Salís con María?'

Hi surto 'Salgo [con María].'

 

Tens la ràdio encesa? '¿Tenés la radio prendida?'

La hi tinc. 'La tengo [prendida].'

 

El pronombre en, por su parte, sustituye cualquier frase introducida por la preposición de, y también sustituye un objeto directo:

 

Véns de Lleida? '¿Venís de Lérida?'

No en vinc. 'No vengo [de Lérida].'

 

Quants ous vols? '¿Cuántos huevos querés?'

En vull dotze. 'Quiero doce [huevos].'

 

Otro punto en que el catalán se comporta de manera diferente al castellano son los verbos. Al igual que nuestro idioma, el catalán tiene tres conjugaciones. Pero los verbos de la segunda conjugación pueden tener cuatro tipos distintos de terminación infinitiva: -er, acentuado; -er, no acentuado; -re; y -r:

 

voler prémer caure dur

'querer' 'apretar' 'caer' 'traer, llevar'

 

Por otro lado los verbos de la tercera conjugación (todos en -ir), se dividen en dos grupos: los puros y los incoativos, caracterizados estos últimos por la presencia del infijo -eix- en la mayoría de las formas verbales. Así, sentir, un verbo puro, se conjuga jo sento 'yo siento', mientras que servir, un verbo incoativo, se conjuga jo serveixo 'yo sirvo'.

Un último aspecto que mencionaremos relativo al verbo catalán es el pasado perifrástico, que consiste en una perífrasis compuesta por una forma del verbo anar 'ir' y otro verbo en infinitivo. Lo desconcertante es que en castellano (u otros idiomas latinos) esta construcción sería percibida como un futuro. Así, Vaig comprar una caçadora, literalmente 'Voy comprar una campera', en realidad significa Compré una campera.

El catalán, en resumen, proviene del mismo tronco lingüistico que el castellano, con un vocabulario razonablemente parecido; pero hay diferencias fundamentales de pronunciación y detalles singulares de pronombres y de conjugación de verbos que le confieren una personalidad muy diferenciada dentro del conjunto de lenguas ibéricas.

 

4 La literatura de la lengua catalana

 

El primer texto importante y extenso escrito en catalán son las Homilies d'Organyà, composiciones de carácter litúrgico aparecidas a caballo entre los siglos XII y XIII. Pero es con Ramon Llull (1232 - h. 1315) que el catalán alcanza su mayoría de edad literaria. Llull fue el primer escritor europeo en usar una lengua vulgar (no el latín) en la composición de obras filosóficas y científicas. Sus trabajos en estas áreas incorporan gran cantidad de cultismos de los cuales él es introductor; en cuanto a la literatura, cultiva con gran vuelo la poesía (Cant de Ramon) y sobre todo la narrativa (Llibre d'Evast e Blanquerna, Llibre de les meravelles), en la cual incluye capítulos de hondo contenido místico (el Llibre d'Amic e Amat en el Blanquerna).

Los siglos XIII-XV ven el pleno desarrollo del catalán en obras de todo tipo, desde los grandes códigos y tratados jurídicos (Llibre de les costums de Tortosa, Llibre del consolat de mar) hasta las Crónicas de Bernat Desclot, Ramon Muntaner y Pere el Cerimoniós (pudiéndose agregar la de Jaume I, si bien no es seguro cuál de las dos versiones conocidas -la catalana o la latina- fue la original), pasando por la prosa religiosa de Francesc Eiximenis y el humanismo de Bernat Metge. En poesía, los autores oscilan entre el catalán y el lemosín (lo que hoy conocemos como lengua de oc), hasta que finalmente Ausiàs Marc consigue imponer definitivamente el primero.

Florecen, en estas etapas finales del Medioevo catalán, las novelas de caballerías, de rigor en la época. La anónima Curial e Güelfa inicia en el género una era cuyo exponente culminante es el Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell (h. 1413 - 1468). Joven bretón proclamado en Londres como el mejor caballero, Tirant lo Blanc marcha a luchar contra el turco junto al Emperador de Constantinopla. Sus andanzas y sus amores con Carmesina, la hija del emperador, son descritos con un gracejo extraordinario, lo que incluye una componente erótica lindera en la procacidad. Mario Vargas Llosa ha llamado al Tirant "novela total", mientras que Cervantes lo proclamó "el mejor libro del mundo". Sabía de lo que hablaba el complutense: se han identificado hasta cincuenta escenas del Quijote inspiradas en episodios análogos del Tirant, y un personaje cervantino como Altisidora está claramente basado en la Plaerdemavida de Martorell.

Con este hito se corona el período de esplendor de la literatura catalana, el cual se trunca abruptamente en el siglo XVI, debido a las razones ya vistas en el punto 2 de esta Introducción, que se podrían sintetizar como una auténtica catarata de infortunios que se abatió sobre Cataluña entre ese siglo y el XIX. Durante este período de decadencia, muy pocos autores continuaron escribiendo en catalán, si bien se pueden mencionar nombres como los de Pere Serafí o Francesc Fontanella.

Sin embargo, durante estas tres centurias de sequía literaria se estaban incubando fuerzas que eclosionarían durante el Romanticismo. En efecto, en 1833 el poeta Bonaventura Carles Aribau compone una Oda a la Pàtria universalmente reconocida como el hito fundacional de la moderna literatura catalana. Es el inicio de la Renaixença (Renacer), que reconoció un ala liberal comandada por Manuel Milà i Fontanals y otra conservadora liderada por Joaquim Rubió i Ors, y que dio poetas notables como Jacint Verdaguer (autor de las épicas L'Atlàntida y Canigó) o los baleáricos Miquel Costa i Llobera y Joan Alcover, iniciadores de una Escuela Mallorquina de larga influencia.

Posteriores a la Renaixença, pero ligados a ella, fueron escritores realistas como Àngel Guimerà, dramaturgo (Maria Rosa y Terra Baixa) o Narcís Oller, narrador (La febre d'or), amén del grupo de escritores del Modernisme, que opusieron al positivismo una tesitura individualista e idealista, con poetas como Joan Maragall y narradores como Prudenci Bertrana, Caterina Albert ("Víctor Català") y Santiago Rusiñol, este último también conocido como pintor, y que en su día visitó la Argentina.

El nuevo siglo trajo el Noucentisme, clasicizante (Josep Carner, Carles Riba, Eugeni D'Ors, Carles Soldevila, Josep Maria de Segarra) y el Avantguardisme, experimentador (J.V. Foix, Joan Oliver "Pere Quart", Joan Salvat-Papasseit).

La llegada del franquismo interrumpió el proceso, tanto por su prohibición total del catalán como por el éxodo forzado de intelectuales republicanos que escribían en catalán.Entre 1939 y 1945 toda la producción literaria en catalán se concentró en el exilio (México, Chile, Venezuela, nuestro país), fenómeno que produjo algunos hitos como Pere Calders, refugiado en México, extraordinario cuentista que sondeó en lo fantástico y lo sobrenatural.

Luego, al liberalizarse relativamente el régimen, se produce un verdadero milagro cultural: Entre 1945 y 1960 se difunden poetas de primer orden como los simbolistas Marià Manent y Joan Vinyoli, el cotidianista Gabriel Ferrater, el ecléctico Salvador Espriu (nominado para el Premio Nobel), los vanguardistas Joan Brossa y Josep Palau i Fabre y los "sencillistas" y enormemente populares Miquel Martí i Pol y Vicent Andrés Estellés. En narrativa, Xavier Benguerel, Maurici Serrahima y Maria Aurèlia Capmany escriben novelas psicológicas, Joan Sales publica Incerta glòria, una de las mejores novelas catalanas de este siglo, Llorenç Villalonga describe la decadencia de la aristocracia mallorquina, Josep Pla descuella en el relato costumbrista, Mercè Rodoreda escribe con simbolismo lírico y trasfondo histórico (La plaça del diamant), y Manuel de Pedrolo, Josep M. Espinàs y Baltasar Porcel investigan con nuevas técnicas el campo de lo realista.

El proceso se acelera en la décadas del 60-70, en que Terenci Moix novela el ambiente cultural catalán, Blai Bonet hace una narrativa del autoanálisis y Biel Mesquida construye con L'adolescent de sal un formidable Bildungsroman (novela de los años de formación), mientras la problemática feminista es abordada por Montserrat Roig (L'hora violeta). Durante esta época descuellan asimismo Josep Albanell, Jaume Cabré y Jesús Montcada, creadores de un sólido y relevante corpus narrativo. Poetas como Narcís Comadira, Francesc Parcerisas, Joan Margarit indican una tendencia hacia lo cotidiano y la exploración interior.

Ya en la década del 80, la introducción de Literatura Catalana en los planes de enseñanza obra de disparador para la publicación de libros, y hoy el ISBN registra 600 editoriales que realizan al menos parte de su producción en catalán. Narradores hoy en boga son Quim Monzó y Sergi Pàmies, exploradores del humor y el absurdo; Miquel de Palol (también poeta), autor de El jardí dels set crepuscles, una especie de Decamerón futurista y fascinante; o Vicenç Villatoro con sus novelas policiales y de espionaje. Maria Jaén y Maria Mercè Roca han originado una interesante línea erótica femenina; Carme Riera aporta en su narrativa la especificidad mallorquina; y en poesía descuellan autores como Gaspar Jaén, Àlex Susanna, Marta Pessarrodona, Maria Mercè Marçal, Ponç Pons o Carles Duarte.

Importantes premios, como el Ramon Llull de novela o el Carles Riba de poesía, revistas literarias como Els Marges o Reduccions, y traducciones de autores clásicos y modernos en editoriales como Edicions 62, Columna o Curial, dan cuenta del estado de ebullición constante que vive la literatura escrita hoy en catalán. Un índice sintomático de esto es que aun diarios que se editan en castellano, como El País, redactan sus suplementos literarios en catalán. Los avances en la consolidación de esta literatura aparecen hoy como irreversibles, y seguramente únicos en el mundo para un idioma de alcance no estatal. La literatura catalana es hoy el emblema de un pueblo que ha demostrado su voluntad irreductible de no desaparecer, y que ha expresado esa voluntad ante todo con la conservación y enaltecimiento de su lengua milenaria.

 

 

MARTA PESSARRODONA

 

Nació en Terrassa, en 1941. Ha cursado estudios de filosofía y letras y de historia. Combina su labor de escritora con actividades de gestión cultural. Cultiva la poesía, el teatro, la narrativa, el guión y la crítica. Ha traducido del francés y del inglés, y su obra ha sido a su vez traducida al castellano. Es autora de más de diez libros, entre ellos Poemes(1969-1981), de 1985, y L'amor a Barcelona, su volumen más reciente de poesía.

 

BELLA DAMA CONOCIDA

 

Te veo en una foto antigua:

eras joven y bella

y llevabas al poeta,

entonces

niño, en brazos.

 

La escena era bella

y escondía al dios salvaje

divinidad ciertamente venerada

por tú y tu estirpe.

 

Mi recuerdo de esa tarde

-de esa foto amarillenta-

te hace con sombrero negro y un avión

-de cuando les decían aeroplanos- de paisaje.

 

Me apreciaste porque yo lo amaba

y yo te quería para amarlo,

para hacer más claras unas sombras

que me enturbiaban ciertas imágenes.

 

También te habría querido salvar,

como a él, de las garras inevitables.

Quería volvernos al retrato en que él

era inocente y tú joven y mundana.

 

Los dos desaparecieron sin despedirse,

dejándome sólo el recuerdo,

este caos en que he de buscar, sola,

las personas para amarte.

 

In memoriam Amàlia Soler

(De A favor meu, nostre)

 

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PALOMA EN UNA VENTANA DE BARCELONA

 

Tenía exactamente tus ojos. ¿Qué querías decirme?

 

(De Homenatge a Walter Benjamin)

 

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LAS MUJERES DEL AÑO 2000

 

Gotham, '95

 

Quizá volvamos al lápiz

sin ver de la otra Roma

la agonía de nuevo imperio.

 

La rueda de Duchamp será

cuadrada, y una posesión entre nubes

la casa, a veces, codiciada.

 

Habremos guardado, con esmero, el siglo

de la crueldad y del gasto,

los almendros estériles de rara poesía.

 

Ejecutivas como de Manhattan

o amas de casa insospechadas,

flores de amor y gentileza no marchitas.

 

A Maria Antònia Salvà, en homenatge

(De L'amor a Barcelona)

 

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TU NOMBRE EN B.A.

 

Mentí un último encuentro

contigo, en el Plaza:

mudos huéspedes de la Recoleta

quizá nos miraban.

 

Todo fue porque alguien,

no sé si vencido de caducidad,

dijo tu nombre,

gotas de scotch en los labios.

 

Tan lejos: literal.

Tan cerca: cierto.

 

El sur no era

una coordenada geográfica,

ni Palermo correspondía

a una isla siciliana.

 

La extraña moraleja

de cette histoire,

de aquella tarde:

no sentí nada,

ni siquiera desazón.

 

(De L'amor a Barcelona)

 

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SCHÖNEBERG

 

Como siempre, ha sido algo casual:

amigos de amigos, aquí, allá,

al Norte, al Sur.

 

No me gustas, primero.

Quizá veo en ti mis defectos

(¡difícil encuentro de alacranes!)

y quiero siempre espejos

de la visión más perfecta.

 

Sigue la noche y el buen vino

de una región alemana

que me es totalmente extraña.

De pronto (mientras "actúas")

nos hallamos y nos sentimos.

 

"Treu" es un adjetivo

que me acababa de aprender,

y me es muy útil para esta velada.

 

El vino y la noche siguen y nos separan.

Pero está mi fidelidad,

temporal y absoluta, por tu cuerpo,

por mi tacto.

 

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BERLÍN: ENERO 1929

 

Vita interrumpió

sus versiones de Rilke.

El teléfono era Moabit 37-94

y Friedrichstrasse la estación de llegada.

 

En la Funkturm, una tarde,

en escapada solitaria y breve,

Vita le hizo entender

la corta vida de las pasiones humanas.

 

La conversación, bien animada,

el pulso anímico de tanto voltaje,

consiguieron silenciar

la letal marea humana.

(Las bombas futuras

no empañaron la tarde en absoluto).

 

24 Brücken Allee, una dirección,

hoy compañera de fantasmas

de antiguas embajadas:

la ciudad no había sido destrozada.

 

Virginia volvió a Londres

al cabo de una semana, enferma.

 

Vita comenzó a creer que

"Leidenschaft" era una palabra

de formación extraña.

 

De hecho, ni una ni otra

presintieron en absoluto

la retórica del desastre.

 

(De Berlín Suite)

 

 

NARCÍS COMADIRA

 

Nació en Girona, en 1942. Ha cursado estudios de historia del arte y, entre otras tareas, ejerce la dirección de proyectos arquitectónicos. Poeta y guionista, ha traducido del italiano, francés, inglés y latín y su obra ha sido traducida, a su vez, al castellano. Es autor de más de diez libros, entre los cuales La llibertat i el terror: poesia (1970-1980), de 1981, Enigma, de 1985, que recibió el Premio de Literatura Catalana (género poesía) de la Generalitat de Catalunya, y Usdefruit, de 1995.

 

HALCONERÍA

 

Soy un halcón y sobre la mano me aferro

de mi señor. Respiro el aire fresco matinal

y el olor del terciopelo y las martas, el sudor equino,

el heno pisoteado, los vapores

que suben de la tierra.

Pequeñas hierbas y flores, lozano tapiz que veré

desde arriba, cuando en círculos, magnífico,

observe mis dominios, la hierba, los arbustos,

el arroyo, la liebre escurridiza.

Y los caballos, los perros y el señor,

con sus caballeros y el halconero mayor,

pajes y servidores, todos tan pequeños,

repartidos sobre el prado...

El señor me ha dicho: quiero una libre grande,

olorosa a lentisco (mi señor es poeta),

mientras me atusaba las plumas con el dedo.

Me siento emperador, encaramado en su mano,

con mi capucha de cuero llena de cintas.

 

Hay movimiento, algazara, relinchos y piafar,

y los mozos de jauría que desatan y azuzan los perros.

 

Ya se acerca el momento, el señor me acaricia,

quiere una liebre grande, olorosa a lentisco

(yo también soy poeta). Me late el corazón con fuerza.

Y ahora, en estos momentos, soy el amo y señor

del mundo y la gente. Todos en mi círculo,

pendientes de mí, esperando que me pierda y retorne,

que mi vuelo se ciña, calcule,

vea la liebre temerosa.

Los ojos son como saetas, las zarpas se agudizan

y un vértigo dulcísimo me aturde.

Cielo y tierra son uno, árboles y nubes, la hierba y la piel

arisca de la liebre. Nada veo, una fuerza

me lleva hacia abajo, al pozo de la nada,

y bajo como un rayo. ¿Por cuál

voluntad me rijo?

¿Cuál es la fuerza oscura que me arrastra, qué hilos

mueven mis alas, qué fuego

puede calentar

tanto la sangre de mi cuerpo?

 

Ahora, en las zarpas, traigo la liebre muerta,

olorosa de tierra y de lentisco.

Todo acabó, ya se ha hundido el imperio.

El halconero mayor

me dejará rasgar el hígado cálido...

Reirá el señor con sus amigos, después,

y con mi capuchón lleno de cintas,

me sentiré ridículo.

 

¡Lo que hace olvidarse dura siempre tan poco!

 

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ALJIBE

 

Ni las grietas de la piedra calcárea

donde tienen las lagartijas su secreto imperio

y suben por la corteza del algarrobo,

siempre vibrantes,

ni esta cansada tierra, de campos abandonados,

donde abraza el cedro a la pesada higuera

y los almendros eternos posan su verde ácido

sobre el más inmutable, tranquilo, del olivo,

sino este corazón umbrío,

esta entraña fértil que conserva

todos los llantos del invierno, y los hace vida

latente. Por él

el verano angustiado de chicharras

que ve arder su piel mientras mira impasible

cómo envejecen los árboles, cómo se secan

ramas y campos anhelosos de arados, se hace tierno.

Por él, también,

toda otra sequedad se reconforta.

 

A pleno sol, en la noche más oscura,

tesoro de fresquísimos cristales,

reserva de memoria,

cueva de amor, aljibe...

 

(De Enigma)

 

EL REPELUZNO

 

Cuando me lean -estoy fantaseando-

ustedes, los poetas

adolescentes de los tiempos que vendrán,

y me descifren, tan pacientes, a fuerza

de ilusión, intuición y diccionario,

tal vez pensando en qué extrañas costumbres,

en qué lengua tan misteriosa

de eses sonoras y sordas, pronombres

débiles enclíticos, guiones y apóstrofos,

como un mensaje de guerra cifrado,

que no lo entienda el enemigo del futuro, ¿cruzarán

el tiempo amontonado detrás suyo

y frente a mí, ya perdido por todos,

y entrarán a mis palabras desoladas,

ruinas de una historia inconexa,

para hallar lo que los hace, lo que me hace

a mí como los viejos maestros, a ustedes

como yo, ni viejo ni maestro pero atento

a este repeluzno

-¡que no se pierda!-

que traspasa

como una lanzadera de deseo

esta urdimbre tozuda de la vida,

y dejarán también fragmentos en lenguas

que se perderán como la mía

para que los descifren

otros adolescentes

de otros tiempos que vendrán -¡todo por el repeluzno!-

y así de tiempo en tiempo,

de un código a otro código,

siempre el mismo mensaje errabundo

-manadas populosas de palabras-,

hasta el fin de los siglos

si es que hay fin de los siglos?

 

(De En quarantena)

 

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BUEN DÍA, MEMORIA

 

Buen día, memoria,

tráenos otra vez

el recuerdo que, de pronto,

nos devuelve un mundo entero,

tráenos el tiempo que nos devuelve

otras vidas y otros

gozos y remordimientos

y un poquito de certeza

de que no somos solos ni absurdos,

de que nos movemos

en aguas de sentido,

vidas afines

vidas dispares unidas

en un breve chapoteo

en la mirada líquida

de Dios.

Buen día, memoria.

 

Río por vidas de pocos,

lloro por ojos de muchos,

hablo por boca de todos.

Ya no hablo por mí.

 

(De Usdefruit)

 

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MÚSICA

 

Música suplicante enternecedora

que cautivas para poderte imponer

tú la lengua más pura

que no te vales de las cosas

que no las adjetivas

que no fuerzas el tiempo encasillándolo

que no limitas las acciones

en verbos siempre parciales Por ti

el mundo es el más puro fluir

corazón y espíritu un solo impulso

hacia la verdad

Tú el hacerse y deshacerse

que se sucede reflejándose

eterno mientras se transforma y después

fúlgido en el deseo apagado en el recuerdo.

 

Pot ti hablamos sin palabras

pensamos sin conceptos

convivimos sin normas.

Contigo -la ley que imploras

dulce gorjeo anímico o inicio impetuoso

límpida impunidad

soporte y paciencia bálsamo y bisturí

la orgullosa caricia-

bajamos a los infiernos

nos llevas tú al origen

-la esencial plática-

Contigo nos ahogamos en las aguas del ser.

 

 

FRANCESC PARCERISAS

 

Nació en Begues (Cataluña) en 1944. Cursó estudios de filosofía y letras. Es profesor universitario y director literario de una editorial. Ha escrito poesía, crítica y estudios literarios. Tradujo del inglés, francés e italiano y su obra a su vez ha sido traducida al castellano. Ha publicado más de diez libros, entre ellos Homes que es banyen (Premio Carles Riba, 1966) y L'edat d'or (Premio Literatura Catalana de la Generalitat de Catalunya, 1984).

 

EL VIDRIO

 

Podrías haber removido la tierra para sacar oro

o una piedra morada y brillante, redonda

y pulida como la semilla del níspero.

Pero bajo el agua que corría con encanto puro

y desparramaba la vida entre los surcos

ahogando a las hormigas como se ahogaban los soldados

del faraón intentando cruzar, perversos, el mar Rojo,

te esperaba un trocito brillante de vidrio de botella.

¿Recuerdas cómo te martilleaban el asombro y la sangre

-demasiado tuya para reconocerla fácilmente-

y el miedo y la desesperanza al ver

cómo la tarde se desviaba sin culpa?

 

Cada tanto, bajo la corriente de los días,

reconocés aquel vidrio que te cortará el pulgar

como el mortal estrecho espera al buque a la deriva.

Y sientes el manar de la sangre y la incerteza

que, primero, crees una traición y, después,

tesoro verde y escondido. Y mientras aprietas con fuerza el dedo

ves las aguas separadas, y el huerto, y los abuelos,

y un pueblo que se salva, y los pobres soldados de Egipto

ahogados bajo un poder cruel y desigual.

 

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MI HIJO SENTADO EN UN RINCÓN DE UN RESTAURANTE DENTRO DE CINCUENTA AÑOS

 

Dentro de cincuenta años, este hombre

sentado en la mesa de al lado, en Viena,

serás tú que ahora vistes pañales.

Mira lo feliz y rico que es con poco,

revovlviendo sus recuerdos en un rincón y a solas

bien al fondo del restaurante, mientras tira migas

en el plato de sopa caldosa y humeante.

Se ve que disfruta, como yo, de un único momento solitario

y se deleita, y abraza esta luz verdosa

y sin culpa de la tarde que encierra la ciudad

como quien afina la cuerda vieja y tensa de un violín.

Dentro de cincuenta años, abstraído en un rincón lejano,

recordarás, como él, un carrusel de luz azulada

en una siesta de niño, o el cuerpo de miel

de una mujer que te amó en una barca,

y tu memoria empañada ordenará, poco a poco, las cosas.

Sabrás que hay que separar el dolor del miedo,

y la pasión del juego que ahora mismo se instala en

esta rueda que llena el cielo del Prater.

¿No sientes ya la alegre música del carillón

que tapa apenas el silbato enemigo?

Pues piensa que este hombre escribe también

para hacerme escribir a mí, y que yo escribo

para que este instante pequeñamente feliz sea

una mano amable que se encalla

en tu recuerdo de mí.

 

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BODEGA

 

Estos hombres que compactan el suelo al final del pueblo

para alzar una bodega y una casa,

no son espectros que esperen reconocimiento,

sino anatomías animadas en la distancia remota.

Levantan un piletón para pisar la uva,

junto al patio, y cementan el paso al retrete.

Nace gente, almuerzan, pasan los años, mueren.

Son otros tiempos, colonizados, tristes, prósperos:

hay electricidad y una centralita de teléfonos,

cantan los grillos en verano.

Si en un bautismo no hay confites

los chiquillos gritamos que el niño morirá.

Los días son serpentinas de sangre,

llueve y todos rezan a Santa Bárbara bendita.

La viña es pequeña, artesanal, azul;

la tarde un panecillo con vino y azúcar.

La tía abuela que toca la campanilla para Reyes

se apaga en casa, fundida, como un mediodía de óleo.

La familia crece, muere, se esparce, olvida:

el mundo es una noria redonda. El piso de la bodega se embarra,

las cubas forman construcciones fortificadas,

la memoria son regueros de vino.

Todo eso existe para que muchos años después

mi hermano y yo olfateemos un guante

que fue usado en otra vendimia

y recordemos el mismo agrio olor a mosto

en la bodega de Gelida. El olor se hace pupilo del tiempo

y da a todos estos personajes la perfección

de una alcoba que alguien acaba de blanquear.

Con cal en la mano, somos un espejo

al fondo del río en que otros miran sin vernos.

 

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CAJA DE FÓSFOROS

 

Cuando es turbio el peso de quienes te sobrevienen,

salva este recuerdo como quien salva por azar

del tormento inútil un objeto del desván:

una caja de fósforos, de madera y papel.

 

Esto, que fue prisión temible de los insectos

y cofre violado de algún secreto tesoro,

te abre los barrotes glotones de la memoria

a las monedas ofuscadas del presente.

 

Quizá si la frotaras con dedos fosforescentes

se encendería de nuevo aquel húmedo olor

de las noches plenas del estío,

y verías bailar -como títeres siameses-

aquellos fósforos consumidos por el abrazo de una pasión

más efímera en la llama que en la ceniza.

 

Que no eran un truco lo sabes ahora en solitario,

al otorgarles una existencia que es bien tuya

con signos que son la condición de los hombres.

No te puede engañar la cajita de madera y papel

llena de cabezas que aquel fuego achicharró.

 

Son lanzas quemadas, manos agostadas en la guerra,

que un día -cuando la última cerilla arda hasta el dedo

y uña adentro se aferre la cabeza con ira humana-

recordarás que con estos fósforos enciendes también

la llama azul del anafe en que ahora entibias

la leche del niño que parte para la escuela.

 

JUNTO AL MAR

 

Aquella niña azul que recoge cangrejos

y los mira con asco y se sonríe

antes de meterlos en la bolsa de plástico,

es también un paisaje verde que ya se hunde.

Cada verano, bajo los manzanos,

junto a la casita en que guardabas los cachivaches

con que tapabas los cascotes y el olvido

-y quizá el dolor de haber quedado vivo-,

nos mostrabas con orgullo las colmenas

y la olla oscura en que se funde el panal de la muerte.

Por aquellos bancales donde saltaron los hijos,

y los milicianos, y el fuego del sitio,

las abejas ahora encontraban flores donde engordar,

como estos cangrejos sucios que le harán de carnada.

Pero en tu colmena, para nosotros, no había nunca nada

que no fueras tú mismo, inmóvil,

y tus ojitos de dios pagano

que desafiaban, seguros, la arena de la historia

y los centenares de abejas que te subían

brazos arriba y te poblaban la cabeza,

como un racimo bajo la niebla aturdida del verano.

Ahora la niña hunde los dedos en el barro

y con gesto de asco limpia de lodo los cangrejos

en el reguero dócil de la marea. Ayúdala.

Díle lo buena que es la poca miel

y que si no quieres, no hay aguijón ni pinza.

(Tuvimos que esperar que te murieras

para hallar la libreta de hule negro

con tu letra pequeña y los nombres de estaciones y pueblos,

para saberte perdido y agraviado, perseguido por la posguerra.)

Ve en paz, abuelo, lección de cosas,

deja que la tarde se vacíe lentamente.

El mar que se retira, las horas de tu vida,

crecen como las burbujas en la bolsa de plástico,

y su zumbido es una marea que nos empapa,

poco a poco, la arena de esta noche en que nos llamas.

 

 

PERE GIMFERRER

 

Nació en Barcelona, en 1945. Cursó estudios de derecho y filosofía y letras, y actualmente es director literario de una editorial. Hasta 1969 escribió en castellano, y a partir de entonces lo hizo en catalán. Es miembro de la Real Academia Española de la Lengua. Ha escrito poesía, novelas y ensayos. De entre sus más de diez libros pueden destacarse El vendaval y Fortuny, que recibieron el Premio Nacional de la Crítica en 1989 y 1984, respectivamente, así como sus Dietarios.

 

CONJURO

 

Los guerreros más augustos ya son sombras

bajo la sombra del viejo encinar.

Cárdena crepita la noche.

Latigazos, ladridos, remotos rayos.

Chirrían las cornejas en el pozo ciego.

Guiarán al manso corcel de hielo.

La tormenta. El sol verde de aguas negras.

No me conozco. Es un lago el pecho muerto.

Bajel de oro, cadalso prieto del día.

Mi cuerpo, como la cuerda de un arco.

Ya labora el invierno, cuando rasga

las cortinas, teatro del mar.

Se enmascara tras las nieblas densas.

Arquero negro, detén tu paso.

Petrifícase el arquero de azabache.

La saeta conoce el derrotero.

Palmo a palmo mensuramos la fosa.

Fango y hojas nos daban la yacija.

Arde y arde el guante de oro del barquero.

La laguna, de nieve y azafrán.

No pensabas que fuera así de blanca.

Ahora vienen las huestes. Cielo allá,

las huestes vienen. Verdor de la encina

en los ojos vacíos, de cal llenos.

 

(De Foc cec)

 

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UNIDAD

 

A María José y Octavio Paz

 

Dictado por el ocaso,

por el aire oscuro, se abre el círculo

y lo habitamos: transiciones, espacio

intermedio. No el lugar

de la revelación, sino el lugar

del reencuentro. La espada

que divide la luz.

Del ojo a la mirada,

la claridad eterna, el país de los sonidos,

la campana que encierra la visión terrestre

como el ojo inexorable de la forma floral

fija el fuego de un carbunclo. Este ojo

¿ve a mi ojo? Es un espejo de flamas

el ojo que ahora me ve. Con sonido de poleas,

los ejes de la noche. Desarbolada,

naufraga la oscuridad y, a tientas,

el sol conoce a la noche.

 

(De Tres poemes)

 

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INVIERNO

 

Precisa cual la escarcha, noche estricta,

Árboles: alegorías del camino.

La luz, cuajada, este silencio dicta.

Mi ser todo renuncia a su destino.

 

(De Com un epíleg)

 

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ARTE POÉTICA

 

Algo más que el don de la síntesis:

ver en la luz el tránsito de la luz.

 

(De Com un epíleg)

 

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MADRIGAL

 

Amor, con el poder terrible de una rosa

tu piel tensa me ha saqueado los ojos, y es demasiado claro

este color de velas en un mar liso. ¡Dulzura,

la tan cruel dulzura violeta

que las nalgas defienden, como el nido de la luz!

Porque una rosa

tiene el poder de la seda: tacto mortal, estíos

agotadores, con el grueso de un tejido rasgándose,

la claridad estrellada en las cornisas

y el cielo, ventana allá, con negrura de desagüe.

Por la noche, el hombre

de anteojos ahumados, en la cocina de gas,

acaricia los enseres de Auschwitz, las tenazas alquímicas,

las ampollas de cal. Amor, el hombre de guantes oscuros

no arrasará el color de valva de un vientre,

el regusto de ginebra y aceitunas de la piel;

no arrasará la luz de una rosa inmortal

que la simiente deshoja con pico tierno.

Y ahora veo a la garza

real, cruzándose de alas en la habitación,

la garza que, con la luz que capitula,

es plumaje y calor, y es como el cielo:

sólo claridad marina

y después un recuerdo de haber vivido contigo.

 

(De El vendaval)

 

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COSECHA

 

En la vibración del aire, la capilla

del viento, en el reverso de la claridad del día:

la copa de la cúspide de luz,

la cumbre de la noche boca abajo,

el fardo destripado de la niebla en los álamos,

el pendiente del cielo deshilachado: chopos,

chopos en la túnica de la noche vendimiada,

¡tiempo del trigo y el mosto, tiempo de langostas!

Al borde del cielo zumban, en la línea

del horizonte rojo saqueado por el sol,

la osamenta de la noche en llamas.

Al vértice del aire, vivirá el aire,

en el cerco de cúpulas del viento.

 

(De El vendaval)

 

 

 

 

JOSEP PIERA

 

Nació en Beniopra (Valencia), en 1947. Cursó estudios de profesorado en Educación General Básica; actualmente se dedica a sus actividades de escritor y de director literario. Ha escrito poesía, narrativa, crítica y guiones, y sus obras se han traducido al castellano, al gallego y al italiano. Ha escrito una veintena de libros, entre los cuales sobresalen: El somriure de l'herba (Premio Carles Riba, 1979) y la Antologia de 1987.

 

IX

 

Hay momentos en que todo cae.

 

Como un vidrio

cae la muerte en el cubil del cerebro

como el cuerpo del silencio

espejo que fue bello y ya es viejo.

 

Hay momentos

 

en que todo cae. De las manos

caen almas de mármol

como versos helados u oscuras piedras

y son los ojos un pozo

 

todo cieno

sin raíces

y con miedo.

 

Cae la noche como un refugio.

 

Y la luz

resguardo de la vida

cae del cielo

ceniza o nieve

hacia el abismo de los muertos

lentos cabellos

de un viejo Dios.

 

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FRAGMENTO DE OLVIDO COMO QUERIENDO REENCONTRARNOS

 

Sin ruido, lejanos, castillos rotos, suave,

como anula el ocaso la explosión de luz cayendo

como cae la nieve, caen cristales, algodón, cae el silencio.

 

Desnudo, vacío, vuelto cuerpo transparente, queda

marginado de sí mismo, solo espejo en la negrura, el hombre

que pide: -Luciérnaga, acude, dame la exacta señal,

una imagen por el azar escondida, una palabra

como un trago de agua fresca; sorprende mi áspero garguero.

 

Es preciso un instante preciso, y ha de venir de afuera.

Es preciso masticar de nuevo la raíz tierna del junco

para alentar sobre la soledad de vidrio que nos olvida.

 

Y ahora, salpicando el barro de un charco,

desnudos los pies, perneras arremangadas,

entre el verdín glauco y un dedo de agua,

un niño con un frasco quiere pescar

tesoros despavoridos, huidizos. ¿Para quién?

 

Sin ruido, lejano, espejo roto, suave,

como el alba trae luz por el ventanal

caen palacios, momentos, vuelve el silencio.

 

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Participar del cotidiano espectáculo

de encontrar todos los sonidos y las voces,

todos los perfumes del viento,

todas las manos ofrecidas.

 

Vivir la sabiduría del instante.

Vengan de donde vengan maravillas.

 

El profundo placer de los espejos.

Las imágenes densas del disfrute.

 

Palpar en cada cosa

el tiempo inagotable.

 

Los juegos estridentes de los niños,

la corteza arrugada de un viejo,

cortinas que no esconden ningún monstruo,

la mano sobre la mesa,

paredes, muebles y gozo.

 

Ahora y aquí: la vida.

 

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ODA A SANTORINI

 

El oscuro deleite ardiente que voy buscando

por este mar de luz y de esperanzas,

deleite de ser aquel niño juguetón

que un día se sintió sueño de ángel,

me trajo aquí, como nave a la deriva,

hasta tu puerto de afiladas cenizas,

luna del Egeo, fuego dormido

como el pájaro que renace al inmolarse.

 

Isla del cielo, nacida de la llanura,

yerma de verde, fértil en hecatombes,

te deseaba tanto, tanto te amaba,

que antes de poseer tus abismos

ya te quería como eres, hija del alba

con viñas aferradas a la vida,

despeñaderos, playas de fría lava,

donde el hombre, cual las rocas, canta y llora.

 

------o------

 

SENTIR

 

Sentir el verde perfume de un invierno calmo,

las flores del hielo blanqueando las cumbres,

la transparente certeza del mar próximo.

Sentir...

el lejano eco de las losas antiguas,

el frío silencio perfecto del mármol,

lo que fue y ya no es, la euforia ausente.

Sentir...

el leve latido de la sombra que gotea,

el todo en la nada, un vuelo de pájaro,

la vida que permanece y que no es vida.

Sentir...

 

* *

 

Sentir la muerte que murió y ahora es tiempo,

el vivo salmo solitario del sentir.

 

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DESPEDIDA

 

He perdido las palabras

ahora que tú te has muerto.

Ahora

ahora que te me has muerto

he quedado

sin nada. como una criatura

al nacer, lejos de ti

desnudo

con gritos

con llanto

con lágrimas

pero muerto

sin un gesto

sin palabras para decir

que te he amado

que te tengo

que te llevo

dentro mío

parte viva del recuerdo

por siempre

hasta que también la muerte a mí

me deje

solo

contigo.

 

 

 

GASPAR JAÉN

 

Nació en Elche, en 1952. Es arquitecto. Ha escrito poesía, narrativa y guiones. Ha publicado siete libros, entre ellos: La festa (1982), Cambra de mapes (1982) y Fragments (1991).

 

LLUEVE EN GATWICK

 

Tibio aliento de sombras brumosas,

enroscándose en la noche que te encumbraba,

hundiéndola,

vierten los crepúsculos de los jardines.

Cuerpos inaccesibles en los meridianos de Londres

crían cabellos verdes en los hombros;

amores de árboles desnudos que no conocen

artesonados de alamedas que el sol enrojece.

 

Ha enmudecido tu cuerpo, ya pliegue o mentira,

ya caballo de nieve con los ángulos rotos,

flor de hielo volada por el viento,

por otros ojos que anhelan

el color de tus ojos.

 

Llueve en Gatwick

y los vidrios húmedos guardan caricias.

Silenciosamente llueve

un abandono de pájaros huidos hacia la luz.

Borrosas llanuras de frescor y nubes

desdibujan rumores de paredes descoloridas.

Está abierta la vuelta a geografías de sangre al sol:

otro país, muebles azules sabedores del sudor,

curva del sueño tendido hacia el azul remoto.

 

En Gatwick la lluvia arroja césped

a las caras que la cruzan

para volver a lejanas ciudades de hierro,

por hilos ardidos dibujadas.

En Gatwick, la lluvia hace crujir la neblina

preludiando el primer olvido

de las caras amontonadas sobre tu cara.

 

(De Cadells de la fosca trencada)

 

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ELEGÍA DE PRAGA

 

No fue cierto que nos encontráramos bajo el reloj de Hanus

Ruze, en la Staré Mesto, en la plaza en que los guías

contaban que el burgomaestre hizo que le arrancaran

los ojos al artesano para que no pudiera

hacer otro más bello en ningún lugar de Europa.

No fue cierto. Y quisiera que aproximadamente

hubiera sido así. Y ahora que puedo rehacer

la historia después de tanto tiempo, recuerdo

un mediodía de estío, buscando los árboles umbrosos

de la Malá Strana; recuerdo una tardecita

en que llovía sobre Bohemia, cuando,

apartándome de los compañeros, me fui solo

por el puente de Carlos IV, buscando pechinas, labios,

allá donde las torres rompen las nubes del Moldava;

las estatuas, centinelas, vigilaban mi extrañeza.

Nos encontramos entre el raudal de forasteros,

profanando las casitas de los alquimistas

de la corte. Cementerios donde los judíos buscaban

cuando los gallos dormían, piedras filosofales,

el secreto de la vida. Aquella tarde fue

cuando fuimos juntos a los jardines del Castillo,

donde yo quería ver los rosales que cuidaba

el viejo Pàmies. Se veía desde arriba toda Praga.

 

En cualquier sitio de la ciudad pude

haber hallado unos labios que traían el pefume

de una casa junto al mar Negro. Pero

el escenario de Praga, tan bello, no sirvió

para inventar esta historia. Extranjeros

los dos, sólo supe que eras de Rumania.

Estuvimos mirándonos un momento a los ojos.

Ahora que puedo, unos años después, rehacer la historia,

recuerdo el paseo junto al monumento a Jan

Hus, rebelde condenado a muerte en el concilio

de Constanza. ¿Quién era el que le ofrendaba flores

rojas, esquivando a los soldados de la guardia?

¿De dónde las sacaron si el horizonte era gris,

como una madrugada encapotada? Recuerdo aquellos

anocheceres, los dos juntos; Praga, el perfume de los árboles

que me decías rodeaban tu casa, más allá

del Mediterráneo, a la vera del Mar Negro.

 

(De Cambra de mapes)

 

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LA ARQUITECTURA

 

Proporción divina. Geometría eterna.

Sacra sección áurea. Pauta serena. Canon.

Regla. Medida límpida. Sistema métrico. Número.

Ideal del espacio. Ley de la arquitectura.

 

Arcos. Esferas. Columnas. Óvalo de luz. Elipse.

Medio punto. Circunferencia. Órdenes. Pilastras dóricas.

Piedras de oro, piedras blancas, cantera de la luz:

capilla del Santísimo, comunión de los santos.

 

Bueyes, leones, ángeles y águilas bajo el cielo de la cúpula.

El rosetón del sol, los ángeles de la luna.

Picaportes de monstruos en las puertas del órgano.

 

Torre, prisma que se eleva. Racimos de zapallos,

frontispicio, dorado triángulo; todo nubes y ángeles, ángeles

del poniente: la fachada centrada por la Asunta.

 

(De La festa)

 

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I

 

Irás por calles de soledad y sombras

donde habrán dioses mezquinos dejado la guerra.

Mentiras, como espectros, te seguirán los pasos,

un leve aroma a rosas, recuerdos de otras noches.

¿Serás libre?, ¿feliz? Verás nuevos ocasos.

Irás sin mí. Libremente elegiste.

¿Para quién brillarán tus ojos en lo oscuro?

¿Ahora con quién, en un coche, las largas carreteras

y los oscuros campos cruzarás en la noche?

Volverán a buscar los bares de otras ciudades,

la nieve en la montaña, el cuarto de un hotel.

 

¿Quién besará ese cuerpo, tan grato a la caricia,

que yo amé a escondidas y en las sombras,

ateridos de frío, en medio de la sierra?

Cerca había hogueras de hierros y neumáticos;

en tus manos duras, sólo restos de grasa;

un raro horror brotaba del fondo de tus ojos.

La Nochebuena era, la luna casi llena,

el camino de Castilla empapado de plata:

hierbas, orillas y acequias echaban sombras, cual fantasmas;

almendros, piedra seca; la ciudad negra al sur;

en la noche, lejana, la luz de algunas casas.

 

(De Fragments)

 

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XXX

 

¿Cuándo habría de nuevo una aurora frutal,

de sol en otros ojos, de flores en la piel,

el cuerpo alegre y pleno? Todo volvió al principio,

al inicio del verbo: las omegas incubaban

el huevo del alfa. Sólo quedó la palabra,

meditada y extensa, cauterio de heridas.

Fueron vanos los propósitos, las promesas inútiles:

en el discurso quedaba la eternidad entera.

 

Fue vanidad humana el intento de perdurar

pero hubo que intentarlo para seguir siendo humanos:

escribí tu nombre porque en otro tiempo

generaciones nuevas, en jornadas más libres,

sepan que exististe y que te supe amar.

Tierno amor de aquellos días, juventud que fue mía,

¿en qué lugar, en qué verso, con qué alta querencia

aquél que yo fui te estará esperando siempre?

 

(De Fragments)

 

 

MIQUEL DE PALOL

 

Nació en Barcelona, en 1953. Cultiva la poesía y la novela. De entre sus más de quince libros podemos destacar El porxo de les mirades (premio Carles Riba, 1982) y El jardí dels set crepuscles (Premio Nacional de Literatura Catalana, 1990).

 

JULIEN SOREL

 

Ya iba a sacar la vista de los colores

de la víbora minúscula que en jaula de vidrio

dormía tranquila, cuando me sorprendió la lagartija

moviéndose feliz por árboles artificiales,

por el piso y aun por sobre la sierpe que la ingoraba.

"La lagartija es su almuerzo",

me dijo la brava mujercita que me había llevado

a ver bestias venenosas. Y más que el destino

propiamente, me atrajeron sus condiciones:

el desconocimiento de la víctima

y la pereza insultante del comensal,

que sabe que el almuerzo no tiene escapatoria

y espera a tener hambre para zampárselo.

"Tal vez nosotros vivimos como la lagartija",

dijo la mujer riéndose, "moviéndonos por el mundo

sin ver al monstruo que nos va a deglutir":

¿el mal vuelto complicidad en el escenario?

No hay esperanza en la muerte capaz de hacer que deje

de tener presentes los pinos desplegándose al ocaso,

los misterios que por veneno da el mar a los corazones ociosos,

la secreta apoteosis del odio,

la pasión por otro que en el ser amado

la propia pasión hace imaginar

-la fe terrible en el pasado, la búsqueda de una marca, de

que ella fue exultante y bellísima para otro-,

el esplendor de la atrocidad, el menosprecio por amor,

la risa que lo quiere decir todo,

el insensato pesar del delator, testimonios

de ritos perdidos ahora practicados como un juego de azar

que tiene por premio la infamia.

 

Nos fuimos sin ver cómo la serpiente se comía

a la lagartija. Cómplices de una fatalidad banal,

nada agregaría a nuestro voraz

consumirnos el ver otro banquete

ni pertenecía a nuestra vida íntima el acto último

de la silenciosa comedia de dos náufragos en la misma nada;

afuera, el aire sacudía las palmeras,

la luz entibiaba los caminos.

 

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La vida me ha depertado

de un sueño bueno y remoto;

dormido yo era feliz,

mi vigilia es un infierno.

 

Era el sueño una huida

a sitios desconocidos,

de plata eran los verdores,

y de oro el azul del cielo.

 

Eran música las aguas,

juego infantil el destino,

poco a poco aparecían

los amigos malogrados.

 

Y amigas eran las jóvenes

que entre mí se han conocido,

y todo aquél que yo he amado

me amaba y se sonreía.

 

Eran vanos los deseos,

vacías las vanidades,

generosos los amores,

ridículos los ultrajes.

 

Aquél ya muerto vivía,

el vivo era bello y fuerte,

y el más antiguo entonaba

el final del viaje mío:

 

"Éste es el mundo posible

que el otro mundo nos trae,

es la memoria desnuda:

suelto y abierto, eres tú."

 

De tan feliz que era el sueño,

en él no hubiera dormido;

de tan negra que es la vida,

despertar quiero, aun despierto.

 

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ADRASTEU

 

También otras veces, pero nunca como hoy

en la playa, la maravilla de la extrañeza

de ser recibido como uno más entre la gente,

los amigos, las familias al sol, las criaturas,

gritones, cada uno a su manera,

solitarios, pero todos vecinos, aceptándose unos a otros.

Me pregunto, pensando en lo que pienso,

cómo no se dan vuelta consternados, cómo es

que me pasan por al lado sin ni un gesto

de horror ni de defensa. Ay,

si supieran qué quiero, qué temo, qué soy,

todos juntos, empujados por el pánico

huirían de mi lado igual que se huye

de las cosas horribles de este mundo.

 

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El día se lavantó sin inventarse

la sombra que de la noche lo distingue.

De mañana ya se ha visto el fin de la sangre presa

de la oscuridad perdida;

como brasas en la ceniza, se ha congelado en el gris

de granito agrietado; si el cielo era de piedra,

nubes de plomo han desangrado las casas.

¿Qué hora será? El vacío sin latidos

es el mismo a media mañana,

cuando otros días culminaba

besándose ofrenda y promesa;

es el mismo en pleno día,

que, no brillante y puntiagudo, sino

desmayado, indeciso en el paisaje,

cual inclinación de viejo,

transita sin cuerpo;

es el mismo a media tarde,

que no ha sentido transformación

en la defensa del celaje.

¡Horas sin traqueteo

de esta lluvia fina contenida

inmóvil a cualquier fin!

 

El rayo lejano revela desenlace.

Truena, todo se enfrenta a sí mismo,

cual las puntas de un látigo, en un sacudimiento de rabia

y despojo:

figura de huracanes donde reconocer,

derrota a que dedicar aceptación

-recuerdo donde la soberbia se inclina,

brotes del resentimiento,

¡lamentos del anhelo, de la fealdad

de no saber querer como se quiso!-,

el estallido del espejo donde purificarse,

saetas de agua,

tormenta desatada, negrura opulenta

del más largo de los largos días!

Y llueve, ya sin rayos, sin otro sonido,

y salvo los olores que se desenroscan

todo se aparta, resbala el agua,

cristal después del lodo, y cae la tarde

y poco a poco para de llover,

el aire respira.

 

Reencontrar desarmados aquellos colores,

sin palabras cerrar una mirada,

brizna de recogimiento, demudanza de compasión...

Cuando ya la escasa luz declina,

se abren las entrañas de los nubarrones.

¿Aun se está a tiempo?

Se alza un viento exangüe, tiemblan

las aguas de los charcos, de las hojas

y del aire. ¿Tal vez ya es demasiado tarde?

Se separan con silencio de capullo

los alambres del cielo, se yerguen las claridades,

la lejana cumbre con desvelo

de bronces se perfila, como ojos que se abren.

Se vuelve ala de cuervo el gris profundo,

oro verde el gris aéreo en la sangre lateral renacida,

y en su último instante, justo antes de escurrirse,

me seca las lágrimas

el sol.

 

 

PONÇ PONS

 

Nació en Alaior (Menorca) en 1956. Cursó estudios de filosofía y letras y se desempeña actualmente como profesor de bachillerato. Cultiva los géneros de poesía y narrativa y ha sido traducido al portugués, francés e italiano. De entre sus libros destacamos Desert encès (1989) y El salobre (Premio Carles Riba, 1996).

 

EPIGRAMMATA

 

"Every phrase and every sentence is an end and a beginning,

Every poem an epitaph."

T.S.Eliot

 

I

 

Llora en mi corazón como lloverá en París

Hago barcos de papel que naufragan en el Sena

Crece doncel en la tumba fulgente de Nerval

Hay caminos de retorno que no llevan a nada

Sade reza y tose al calor de un brasero

En la noche de Alaior sólo oigo perros ladrar

 

II

 

La infancia fue un mapa con nombres abiertos

Un montón de libros sobre un porche blanco

El viejo dolor de vivir hace el mundo duro

La muerte no es entre los males el más peor

Hay versos muy bien hechos donde todo es falso

Y noches de insomnio donde se herrumbra el absurdo

Los ojos de Marco Polo eran mentira

 

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EXORDIO

 

Tutto che mi resta è già perduto.

Quasimodo

 

Las rocas de Ronsard ya están marchitas

y Dios es ahora sólo un recuerdo más

Hay mares fuera de la isla que no he visto

y lugares de mapas verdes en que nunca he estado

La noche es una cámara en medio del mundo

la vida un vacío que con palabras lleno de sentido

Dónde están las nieves que cantó Villon

Del magma espeso del goce saqué dos hijos

del íntimo pozo de los años un verso de añoranza

El viejo búho este año no ha tornado

ni han hecho los gorriones nido en mi cuarto

Sueño aquel Son Bou inmenso de niño

Me estoy haciendo viejo y vuelvo a leer Shakespeare.

 

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OBITUARIO

 

People change and smile, but the agony abides

T.S.Eliot

 

Fui a caminar por el campo hasta Son Bou

y vi las grietas surcando la fachada de Llucaquelba

Bajo un cielo generoso perfumado de lentisco

las higueras entregaban sus frutos sobre el suelo

Por el barranco verde de Es Bec entre Ses Canessies

Son Boter daba a un mar de un profundo azul turquesa

Desterradas las naves huérfano de antiguas dudas

yo pensaba celoso que el paisaje era nuestro

en las acequias la gente tira latas y heces

Ahora me encierro en la noche de Sa Rocassa y canto

con amor todo lo que pervive de esta isla

explotada que amo con dolor de hijo paria

Ya no hay focas en los peñones de Fornells

Se llenan todas las calas de bares y muros

La luz griega se tiñe de revuelos asfaltados

El idioma en que escribo no lo entienden ni los muertos

 

(De El salobre)

 

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"El cultivo de la letras

no necesita del trato mundanal"

 

"Nadie me oye entre el inmenso bosque

pero la blanca luna me ilumina"

 

Wang Wei

 

Sátiro castrado.

La añoranza tiene el rostro

de unas islas perdidas.

 

 

Tierra natal.

El poema es un huerto

que picotean gaviotas.

 

 

Sucio de ciudad,

acaricio un pino piñonero

como si fuera una mujer.

 

 

Por el río cansado,

que me lleva a los límites

del mundo, navegan ramas.

 

 

Lengua mortal.

También efímero fulge

lo que escribo en el agua.

 

 

Salta una langosta.

A escondidas y corriendo

los chicos roban lirios.

 

 

Llaga de sol.

Charco seco. El camino,

lleno de polvo, serpentea.

 

 

Un guijarro más

entre el pedregal. La musa.

sonríe dacapitada.

 

 

Tierra de adioses.

Brindan cálidos los ojos

del búho bajo el alero.

 

 

Sexo lunar

irguiéndose en la noche...

Maúllan ávidos los gatos.

 

 

Grifos y mosquitos.

A la luz de un quinqué

raspa antigua la pluma.

 

 

En vano me empecino

en hacer versos, palabras...

¡Lo que quiero es besarte!

 

 

Odas y églogas.

Las piedras que ahora cantas,

sol griego, de luz se visten.

 

 

Perdido por el verde sendero

que espeso se adentra

en el bosque, perora un fauno.

 

 

País de olvido.

Las aves cruzan mudas

un cielo de viejas casas.

 

 

Descalzo, escondido

entre el pinar resuelvo

crucigramas con las ninfas.

 

 

Hijas abortadas

de esta isla donde, zumbonas,

señorean las moscas.

 

 

Los bellos recuerdos

que sembramos cuando éramos

chicos no resucitan.

 

 

Tierra de mar.

Ya no hay ni horizonte.

Oigo llorar las gaviotas.

 

 

Pinos y matorrales.

Hacia casa, de noche,

me acompaña el sendero.

 

 

Hombre de palabras

insulares despeino

amoroso la gramática.

 

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DIRTY REALISM

(Sheaffer)

 

"Porque sofrer não é ter falta de tinta"

Alberto Caeiro

 

I

 

Hoy me regalaron una birome

por los servicios prestados y el interés

que he demostrado en enseñar a los chicos

ésta nuestra antigua, dura y pisoteada lengua catalana.

No es una birome muy buena,

pero es más cara, seguro, que la que yo usaba

para corregir ejercicioas, poner notas

o firmar la hoja de inasistencias.

Yo no había hecho nunca poemas con birome.

Tampoco había pensado nunca

que acaso hubiera que hacer

como Rimbaud y marcharse a Etiopía.

Soy un poeta menorquín

que vive exiliado en su propia isla.

Escribo para no morirme,

como Sábato, de soledad

y también porque es la única

manera que sé de sobrevivir.

Yo no creo, como decía Mallarmé,

que la carne sea triste, ay, y no he leído

todavía todos los libros.

Como Vladimir Holan en la profunda

quietud quemante de Kampa escribo inmerso en la noche

ardiente de Sa Rocassa. Bajo un cielo nocturno

mi gran pasión son las palabras.

A veces me despierto a consagrar alguna.

Siempre duermo con papeles y un lápiz junto al lecho.

Tengo amigos que ya han muerto y amigos de veras que amo.

Me han asesinado a golpes de desencanto la infancia.

 

II

 

Tengo los ojos tan gastados de vivir en las hojas de otros,

tengo el corazón tan cansado de vivir vidas de otros,

que ahora agarro mi birome y trato de escribir unos versos

que salven este día a punto ya de expirar.

Dí clase lo mejor que supe y pude.

Jugué con mis hijos, amé, vi gente...

Leí Thomas Mann y me pareció muy lento.

 

 

III

 

Me hubiera gustado mucho poder vivir en Tahití

y conocer a Gauguin y amar muchas mujeres

de pechos duros y brillantes en la playa o el bosque.

Habitar Hiva Oa, Moorea, Papeete...

Ver los lugares puros y verdes que vio James Cook

sin el peso de los pecados que llevaron los misioneros

o las leyes sepulcrales de la Administración.

Ser extranjero y ser salvaje y vivir desnudo y en paz.

Pero como dijo Espriu, yo también soy cobarde

y amo, además, con un... etcétera, etcétera.

Me quedaré aquí a escribir entre paredes

de libros y papeles hasta que la muerte se lleve

con su negro aliento la última palabra.

 

(De Pedres cremades)

 

 

ÀLEX SUSANNA

 

Nació en Barcelona, en 1957. Cursó estudios de filología catalana; ha ejercido la docencia universitaria y actualmente es director literario de una de las más importantes editoriales en lengua catalana. Es poeta, narrador y ensayista y ha traducido del inglés y el francés. Su obra, a su vez, ha sido traducida al castellano, inglés, francés, italiano, portugués y croata. De sus siete libros de poesía destacamos Palau d'hivern (finalista del Premio Nacional de Poesía, 1988) y Les anelles dels anys (Premio Carles Riba, 1990).

 

EL VIDRIO

 

Qué largas las noches de invierno

en ciertos sitios bellos pero terribles

que nos acogieron con aparente dulzura:

llueve y sopla viento y nieva sin piedad

y a menudo me despierto, turbado, en la alta noche

y me apacigua el aliento de tu cuerpo joven

que duerme indefenso junto a mí,

pero se apodera otra vez de mí el espanto

cuando paso una mano por tus flancos

y te siento fría y helada

como el vidrio que nos separa de afuera:

me doy cuenta entonces

de que no eres tú mi mujer

ni ésta mi ciudad

pero me asusta sobre todo la posibilidad

de que tampoco sea éste mi tiempo

-el miedo a encontrarse en la intemperie-

y no puedo sino despertarte anhelante

para que me apuntales de nuevo en nuestro ahora,

todavía joven y tan frágil.

(De Palau d'hivern)

 

------o------

 

ENCUENTRO

A Stephen Spender

Cincuenta años después

una mañana asoleada de junio,

sugirió encontrarnos en la entrada

del Museo de Arte Románico en Barcelona

("the most magnificent collection

of what is called Romanesque art",

decía, entusiasta, a su amigo Christopher

en una carta de abril del 36),

temprano, poco antes de las once,

pero el avión, como siempre, se retrasó.

Mientras lo esperaba releí

algunos de sus poemas;

atraviesan toda una vida, me dije,

lentamente, cada vez más lentamente,

como un ancho río que todo lo abraza

sin violencias:

la guerra de unos, la de otros,

las pequeñas querellas personales,

recuerdos de países y encuentros lejanos...

 

Paseamos después entre frescos antiguos

de remotísimas iglesias pirenaicas

-ricos de color, potentes,

atrevidos sin saberlo-,

comentamos algún detalle,

y, al salir, mirándolo y escuchándolo,

-su alta figura levemente encorvada

por años y recuerdos-,

no pude sino agradecer por dentro,

intensamente,

la vida que se alarga,

los destinos que se entrecruzan,

las cosas que permanecen.

 

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NAUFRAGIO

 

Llueve, amor, siempre que vienes,

con ominosos truenos y relámpagos

como para avisarme que tras de ti

se esconde una delicada tormenta

que puede hacer estragos dentro mío...

Llegas chispeante de lluvia

y de nuevo caemos el uno en el otro,

hasta convertirnos por momentos

en una única ola de piel

que embiste furiosa

la costa del deseo...

Renacemos luego nuevos y pletóricos,

y fijamos entonces nuestros ojos

en los mutuos peligros de los cuerpos,

como para reconocer los distintos escollos

con que fuimos topando

durante nuestro periplo...

 

El viaje del amor

requiere tanto impulso como cálculo:

Si no, el placer se diluye en olvido

y nada puede sorprendernos

porque nada fue previsto.

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LA DERROTA

 

Nieva, nieva toda una larga noche

en una ciudad lejana,

empañada de niebla en su recuerdo.

Allí se casaron hace varios años,

entre música, bailes y sonrisas;

ahora celebran una fiesta ajena

y viendo la alegría de los otros

sienten cómo cruje la propia:

ríen, pero por dentro callan;

beben, pero nadie sacia

la sequía de su corazón;

bailan, también, pero hay algo

que los mantiene inmóviles por dentro.

 

No concilian el sueño, están despiertos;

cada uno piensa en la derrota

mientras afuera un dulce manto

de blanco silencio

amortaja su tierra.

(De Les anelles dels anys)

 

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VEINTE AÑOS DESPUÉS

 

Cómo te maltrató la vida en pocos años:

me mostrás una foto carné

en el avión que nos trae de unos días

de trabajo en el exterior,

y veo cómo en el mar de esos ojos veinteañeros

la vida es aún una costa lejana,

desierta de miedos y de abismos,

ávida de acoger

lo que venga entre sus calas...

Pero ahora, que veinte años después y junto a mí

te tengo contándome cosas del pasado,

cruel muestra el tiempo sus zarpazos

y veo tu bello rostro cansado,

crispado por aquello que lo asedia

-una separación, un hijo muy joven,

un sueño escaso y mucha mala entraña en derredor-,

aunque tal vez tus manos son el campo

en que más trabajó el arado del tiempo:

grietas y surcos las cruzan por doquier

y delatan la fuerza con que tuveiste

que aferrarte a vos misma

para que la vida no te lleve.

 

(De Boscos i ciutats)

 

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PROCACIDAD

 

El amor con los años se hace más procaz:

sólo entonces comienzan a tutearse

nuestros cuerpos, y no dudan ya

en hacer y decir lo que les quema,

pues sólo así se dan, y no con leves

embestidas raídas por el miedo.

 

Pero no sólo procaz se hace el amor con los años

sino que no se entiende fuera de sí mismo.

Con los años el amor es para no ser dicho:

sólo tú y yo sabemos los límites

cada vez que el uno encumbra al otro,

y es éste el más preciado botín nuestro.

 

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PROGRAMA DE ACTOS

 

Confinémonos en casa,

descolguemos el teléfono,

derroquemos el imperio

de la televisión,

cenemos junto al fuego,

escuchémonos, callemos,

miremos algún cuadro

de los que nos acompañan,

oigamos también un poco

de música olvidada,

y entonces, lentamente,

dejémonos dormir

uno en brazos del otro

hasta que un mismo sueño

nos transporte bien lejos:

que nunca nada ni nadie

osen interferir

con ésta nuestra exigua

pero plena felicidad,

y hagámosla un bastión

del todo inexpugnable.

 

(Inédito)

 

 

CARLES DUARTE

 

Nació en Barcelona, en 1959. Cursó estudios de filología catalana. Se ha desempeñado como profesor universitario y como funcionario del gobierno autónomo catalán. Es autor de poesía, narraciones, guiones, crítica y estudios literarios. Su obra ha sido traducida al castellano y al italiano. Es autor o coautor de más de 45 libros, de los cuales 8 de poesía. De entre estos últimos se pueden destacar La pluja del temps (publicado en esta misma editorial como La lluvia del tiempo), Llavis de terra (1993), Terra (1994) y Tríptic hebreu (1996/97).

 

LISBOA

 

A mis amigos de la ALTE

 

Escalinatas de luz,

un mar quieto de tejados,

de vidas acurrucadas en el sueño

que estallan del deseo

y beben de la luz

y languidecen.

 

Nuestros pies nos conducen

a antiguas calles angostas,

a fachadas de bellos azulejos

y ventanas con rostros

que se distraen

dejando que se pierda su mirada

entre gente que se pasea.

 

En el amplio silencio del río

se refugian de noche

las voces, los colores.

 

Retornamos a voces ya escuchadas,

reestablecemos con los gestos

y algunas palabras

afectos que guardó nuestra memoria

para trocarlos luego en nuevos días.

 

Oleadas de piedras y de pieles

que se funden calmas

para que crezcan las horas.

(De Llavis de terra)

 

------o------

 

TIERRA

 

Tierra,

polvo,

plasmación del fuego,

refugio de mares,

matriz de los minerales,

silo del grano,

aljibe para el agua de la lluvia,

nutridora de plantas y palabras.

 

Tierra,

camino trillado por el tiempo,

materia de la casa,

medida de la sangre,

escenario de pieles y del deseo.

 

Tierra,

saliva,

tejido de frutas y de aromas,

paisaje del hambre y de la muerte,

te aprieto entre mis dedos,

te retengo en los labios,

te esculpo con el tacto,

te visto de sueños.

 

(De Terra)

 

------o------

 

Más feliz que los unos y los otros

es quien todavía no nació.

Eclesiastés, 4.2

 

Aquél que todavía no nació

no ha vivido el dolor ni la palabra,

ni el crecimiento ni el cansancio de los días,

ni lo ha herido la avidez de los cuerpos,

o el fulgir de la luz sobre las manos,

y no conoce la agilidad del puma

ni atisbó el policromo guacamayo;

no ha sufrido tampoco el frío inhóspito

ni la humedad agobiante

que retarda las horas,

no se ha puesto el traje antiguo del mar

ni ha tocado los árboles ni las rocas,

ni ha caminado la muerte.

 

Quizá es feliz

el que aún no ha nacido,

pero no lleva en la piel ni en la memoria

el sabor de los años,

y la textura del viento

no habita su sangre,

ni ha irrumpido en sus labios

el grito de la ternura.

 

Quizá es feliz

sin el olor del té

y el gusto de la naranja.

 

Yo no podría serlo.

 

------o------

 

Sí, recuerda a tu creador

antes de que se deshaga el hilo de plata

y la lamparilla de oro se rompa,

antes de que se estrelle la jarra en la fuente

y se parta la polea del pozo,

antes de que el polvo vuelva a la tierra,

al sitio donde estaba,

y el aliento de la vida vuelva a Dios.

Eclesiastés, 12.6-7

 

Cierra los labios del día

y tensa la mirada

contra el cielo sin límites,

poblado de astros distantes

que la noche devela.

 

Te reconoces, ínfimo,

exigua brizna de vida

que sigue su curso

casi imperceptible

en el inmenso escenario

que un Dios ha construido

para que transcurra el tiempo.

 

Dí el nombre del viento

que el universo esparce,

busca por todo el silencio

el soplo de Quien te piensa.

 

Invoca al Dios oculto

que dibuja tus horas,

Dios íntimo y exacto

que no has sabido entender.

 

Háblale de tu sueño,

de quienes te engendraron,

de la mujer que precisas,

de tus hijos que se espigan,

del sabor de las palabras,

de la corteza de los cuerpos,

del tacto azul del Sol,

del lento estallar del mar.

 

Y no pidas nada

y saborea la aurora,

que guarda a las estrellas

tras un lienzo de luz.

 

(De Cohèlet)

 

------o------

 

"Al principio Dios creó el cielo y la Tierra"

Génesis, 1.1

 

Antes del verbo,

de tender las estrellas sobre el éter opaco,

cuando el espacio era un punto

donde convergía la materia.

 

Antes de que una mente

intentara comprender,

de que fluyeran de los cuerpos

semillas de otros cuerpos,

antes del deseo y la impaciencia,

del árbol y el pez,

del frío y el primer día.

 

Era al principio,

el universo se ensanchaba:

dibujaste el cielo,

creaste la Tierra,

hiciste que la vida allí surgiera

como la ola inagotable.

 

Era al principio,

comenzaste a soñar.

 

(De Qumram)

 

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III

 

Este poniente de cobre

es ácido y brillante,

una vela de fuego sobre el aire,

una piel de metal desgarrada

que navega con el viento

y se aleja del viento

y se oculta en la sombra.

 

Este poniente tiene gusto a soledad,

a un cuerpo que languidece,

a sentidos que se embotan,

a una mente que aminora tu ritmo.

 

Cierras los ojos,

respiras el silencio

y los colores del ocaso.

 

Abres los labios

al latir de las olas.

 

Llevas en los labios

el frío del rocío.

 

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